jueves, noviembre 11, 2004
El verdadero héroe lunar
Son muchos quienes consideran a Neil Armstrong como uno de los elegidos, uno de los grandes héroes, un auténtico icono de la historia del siglo veinte. Tales ingenuos aducen como su mérito principal el que fuera el primer hombre que pisó la luna. ¡Seamos serios! Considerando el asunto fríamente, está claro que una vez hecho el viaje hasta allá lo de menos era bajar la escalerilla y darse un paseíto. Eso lo hubiera hecho cualquier dominguero. La afición a colocar banderitas tampoco distingue a Armstrong de un modo especial: entonces y ahora ése es un hábito muy difundido entre ciertos colectivos, como los portaestandartes de la legión o los invasores de la isla de Perejil. Hasta el Everest está ya llenito de banderas. Por esos y otros motivos, el Museo de los Héroes no comparte esas miopes valoraciones de aquella aventura espacial. Veamos una imagen que puede resultar aclaratoria para corregir una larga injusticia histórica:
¿De qué se ríen Armstrong y Aldrin?
En la foto aparecen los tres miembros de misión. Se trata del típico posado oficial para los medios. Todos aparecen sonrientes y orgullosos. Pero no nos quedemos en la superficie... Pongámonos en situación. Todos tenemos en la oficina, en el trabajo, compañeros que nos ningunean. Pues en la epopeya espacial pasa igual. Analicemos bien la fotografía y nos daremos cuenta en seguida de que existe una importante diferencia de matiz entre los tres... A izquierda y derecha, Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los dos astronautas que en aquella histórica misión dejaron su huella en la luna, ambos muy sonrientes. De hecho parece que estén conteniendo la risa por un chiste que solo ellos entienden y solo a ellos les hace gracia... En cambio, Michael Collins, el menos célebre de los tres, el único que no pudo pisar la superficie lunar, aparece serio y circunspecto. En su cara de póker se lee más o menos "¡Cabrones! me trajeron hasta aquí recorriendo millones de kilómetros y ni me dejaron salir de la maldita cafetera!"
Por eso el Museo de los Héroes defiende que el auténtico héroe del primer viaje a la luna no es otro que Michael Collins, el tercer astronauta, que no dio ningún gran paso para la humanidad, pero fue heroico que en el viaje de vuelta no estrangulara a los dos trepas que tenía por compañeros.
¿De qué se ríen Armstrong y Aldrin?
En la foto aparecen los tres miembros de misión. Se trata del típico posado oficial para los medios. Todos aparecen sonrientes y orgullosos. Pero no nos quedemos en la superficie... Pongámonos en situación. Todos tenemos en la oficina, en el trabajo, compañeros que nos ningunean. Pues en la epopeya espacial pasa igual. Analicemos bien la fotografía y nos daremos cuenta en seguida de que existe una importante diferencia de matiz entre los tres... A izquierda y derecha, Neil Armstrong y Buzz Aldrin, los dos astronautas que en aquella histórica misión dejaron su huella en la luna, ambos muy sonrientes. De hecho parece que estén conteniendo la risa por un chiste que solo ellos entienden y solo a ellos les hace gracia... En cambio, Michael Collins, el menos célebre de los tres, el único que no pudo pisar la superficie lunar, aparece serio y circunspecto. En su cara de póker se lee más o menos "¡Cabrones! me trajeron hasta aquí recorriendo millones de kilómetros y ni me dejaron salir de la maldita cafetera!"
Por eso el Museo de los Héroes defiende que el auténtico héroe del primer viaje a la luna no es otro que Michael Collins, el tercer astronauta, que no dio ningún gran paso para la humanidad, pero fue heroico que en el viaje de vuelta no estrangulara a los dos trepas que tenía por compañeros.
